jueves, 26 de julio de 2007

El regreso de los dragones


De toda el continente de Absalon, Adamar era el único ser humano que podía jactarse de haber matado un dragón, aunque aquellas criaturas habían desaparecido hacia siglos, sin embargo un día llego al centro del pueblo de Río Grande trayendo consigo la cabeza del dragón, desde entonces su fama se extendió por los países vecinos y nadie se le atrevía serle frente, sin embargo con el tiempo su personalidad bravucona se volvió taciturna, poco a poco dejo de frecuentar los bares y las doncellas hasta que casi ya nadie le recordaba, su juventud no se había marchitado, su aspecto aun era vigoroso, sin embargo algo en su interior lo estaba atormentando, sus pesadillas lo acosaban incluso de día, pues llevaba consigo la marca de los dragones, pero el terror le sobrevino cuando el reino del norte bajo el mando del hechicero Somius empezó a destruir todos los poblados a aledaños al reino de Lior, mas aun los rumores decían que dragones rojos conformaban su ejercito, esa misma noche forjo una espada, su destino estaba sellado…

La dragona a la que había asesinado, por un segundo, le revelo la forma en que Adamar moriría, aunque en ese momento no le creyó, con el pasar de los años algunos hechos que para un humano común eran sin importancia, para Adamar era signo de que su muerte estaba próxima, el destino le había ofrecido dos caminos….huir junto con los aldeanos o unirse al ejercito de los reyes del sur, Adamar no cobarde y creyó que aunque tratara de todos los medios huir de su destino tarde o temprano llegaría, se enlisto en los ejércitos dorados, los primeros de la línea de defensa entre las fronteras, la guerra había sido ardua, había visto perecer a muchos incondicionales amigos pero la muerte no venia a por él, fue entonces que un día, que somius el hechicero llego a las puertas que protegían la frontera montado en un dragón, detrás de él llevaba una pequeña niña de rostro macilento la mirada de Adamar se poso en la pobre criatura, la pequeña también le miraba pero sus ojos yacían vacíos, como si toda la vida en ella hubiera sido extinguida, al estallar la lucha su primer objetivo fue atacar a somius, quien parecía no causarle herida alguna, sin embargo apenas termino de atacarle con su gran lanza mata dragones, Adamar se su vio cual ágil contorsionista al lomo del dragón, agarro a la pequeña entre sus brazos y tan rápido como pudo corrió hacia las puertas, una vez adentro tomo a la pequeña entre sus brazos y la estrecho como un tesoro.

Una vez concluida la gran batalla en que la primera línea de caballeros fue horriblemente destruida, Somius aguardo frente a las puertas que yacían cerradas, su ejercito de homúnculos permanecían alertas, inquietos y expectantes. Después de unos minutos las grandes puertas se abrieron de par en par, frente al ejercito aparecio la pequeña niña, llena de sangre…en su manita derecha llevaba colgando la cabeza de Adamar, Somius río estruendosamente al mismo tiempo que hizaba su dragon hacia los cielos:

- que los Dioses recuerden este Nombre!!!_grito Somius desde las alturas._Beleth, hija de la oscuridad sempiterna.

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