viernes, 17 de agosto de 2007

Exordio



Las medicinas elficas habían curado casi por completo a la muchacha , sin embargo ni la magia poderosas de los antiguos elfos pudo revelar los recuerdos pasados de Beleth, la memoria se negaba a surgir, a pesar de todo los elfos se habían acostumbrado a su presencia, pasaba desapercibida con los ropajes elficos salvo por una sola cosa...y era su mirada lacónica, aquella mirada que revelaba un oscuro mundo que ni siquiera el rey de los elfos deseaba ver, le habían dado una hermosa habitación en la cima del árbol mas grande del reino, y allí pasaba horas y horas mirando las lejanías.
en ese tiempo Arcrestos se había prendido de la muchacha y la cuidaba con suma ternura, le atraía su forma de ser...y aquella sensualidad que expelía por todos lados, aunque nunca trato de robarle un beso.
El rey de los elfos percibía esa tensión entre ellos, y trato en vano de enviar a Acrestos a misiones de reconocimiento…puesto que a pesar de las distancias los dos jóvenes seguían viéndose a escondidas, Beleth nunca trato de buscar su pasado…le reconfortaba el mundo en que se hallaba….le reconfortaba ser abrazada por Acrestos y permanecer por largas, casi eternas horas en silencio.

Pero un día Arcretos después de haber estado semanas fuera del reino, regreso con una extraña oscuridad alrededor de él su semblante frío casi cadavérico reflejaba que había pasado una dura jornada, Beleth quiso acercarse pero Arcrestos la ignoro por completo….camino hacia el gran salón donde su padre yacía sentado en el trono

Arcestos se había presentado con un acto solenme arrodillándose ante su padre:

- padre...he visto varios escuadrones del reino del norte cerca de las fronteras, al parecer están en busca de dos guerreros.

- ¿sabes quienes son?.

- El aspecto es igual a un humano, pero tiene algo extraño…es como si no poseyeran alma…además uno de los guerreros a los que buscan se parece mucho a lady Beleth.

El rey permaneció por largo tiempo en silencio, mientras Beleth yacía oculta en uno de los pilares del gran salón.

- no deseo incluir a mi gente en una guerra, Lady Beleth deberá partir de inmediato, ya no es seguro para nosotros que permanezca aquí.

- Pero padre!!, ella no recuerda nada y de seguro menos luchar enviarla lejos de aquí podría acarreara su ruina.

- Es mas importante el bien estar de nuestra gente.!! Tu sobre todo debes entenderlo, ¿acaso has creído que podrías casarte con ella?, no pertenece a nuestro pueblo, debes actuar como el heredero de mi reino!!!._dijo con severa voz.

Arcrestos se levanto sin mirara a su padre y salio rápido del salón, una vez que las puertas se cerraron tras de si, Beleth apareció frente a Arcrestos:

- me iré, si es por el bien de tu pueblo…¿pero vendrías conmigo?.

- No…no puedo irme debo proteger a mi gente, además mi padre me necesita.

- Y que hay de…nosotros?.

- Beleth!, tu y yo…somos un sueño imposible…debes irte, pero no te preocupes te daré todo lo que necesites y te acompañare hasta el pueblo humano mas cercano.

Arcrestos siguió su camino sin mirar el triste rostro de la muchacha., beleth corrió hacia sus aposentos y lloro toda la noche, sin embargo muy temprano en la mañana se presento en el umbral del salón con su armadura puesta y un bolso con provisiones, se despidió fríamente del rey y de su hijo, y camino hacia el patio principal donde un corcel le esperaba, Acrestos le seguía detrás, pero nunca cruzaron alguna mirada, una vez que ella monto con su espada corto las amarras del caballo de Arcrestos y a todo galope partió, sin compañía, sin mirar atrás, Sin olvidar lo alguna vez pudo haber sido una hermosas existencia, Arcrestos quedo por largo tiempo mirando como la figura de beleth desaparecía entre la espesura del bosque, algo en su interior se quebró, ya nada volvería ser feliz para él.

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