viernes, 16 de noviembre de 2007

la avanzada


Mientras beleth seguía a un gran numero de Homunculos, trolls y toda clase de malignas criatura, oculta tras el uniforme que robo de un homúnculo, una escuadrilla de guerreros elfos corto el camino principal, lanzando millares de flechas, de inmediato las huestes se dispersaron reinando el caos total, salvo los homúnculos que desde sus orígenes tenían grabados en sus memorias las posiciones de la defensiva, inmediatamente levantan en alto sus espadas y avanzan hacia el bosque mas próximo como si supieran u olieran las posiciones de la escuadrilla, Beleth yacia oculta entre medio de los arboles observando la accionó, de pronto el ruido de gritos y el entre chocar de las espadas hizo eco en el valle, tras unos largos segundos varios trolls se adentraron en la misma direccion y los ruidos cesaron, los sombras se alargaron y los homúnculos salian victoriosos, tras de si en fila marchaba la escuadrilla vencida con sus armaduras rasgadas y manchas de sangre ocultaban sus esplendorosas armaduras, los homúnculos clamaban victoria y uno de ellos comenzó a despachar ordenes, en cuestion de segundos el ejercito se habia formado, organizado, marchando hacia la gran capital de los elfos.

durante la noche los homunculos organizaron guardias de turno para vigilar a los elfos, aprovecho la oportunidad de ofrecerse como guardia...

cuando el resto del ejercito hubo dormido, Beleth se escabullo en las sombras para no ser vista por el resto de la guardia, muy sigilosa se acerco al elfo mas próximo:
- aiya!_dijo Beleth.
- ¿Como te a travez a usar nuestro lenguaje?_increpo uno de los elfos.
- tranquilo elfo!, que no estoy del lado enemigo os vengo a rescatar, pues en sus tierras viven el príncipe, que fue mi amigo.
- ¿como podemos confiar, si hueles como ellos?._dijo otro.
- es mejor que ser conducidos a una muerte segura, os ofrezco una oportunidad, en el momento que quedéis liberados, si desiais podéis matarme.
los elfos se miraron entre si dudosos, pero al cabo de unos segundos aceptaron la oferta de Beleth, inmeidatamente tan veloz que ni los homúnculos que fueron atravesados por sus espadas pudieron reaccionar, inmediatamente, los elfos fueron liberados y huyeron a toda prisa hacia el sur, donde el bosque elfico era asediado.

sin embargo al pie de una colina circundante, uno guerrero de la raza gnomo-hombre les observa huir mientras su infantable rastreador memorizaba los olores del viento...

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